Sorprende lo sucias y descuidadas que están las estaciones pero el servicio funciona muy bien.
El neoyorquino es esclavo de su ipod bajo tierra. Todo el mundo va solo con la única compañía de su música y su libro. Mucho silencio...
A las 5 de la tarde es de noche y a 0 grados, los museos cierran, el café americano es horroroso, el Starbucks y su decente café espreso ya cansa... pues te vas al metro de concierto! Gratis y calentito.
Concierto en la estación.
Y acabamos todos bailando...
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