Hemos pasado el día en Harlem como buenos feligreses yendo a misa. Ha resultado un poco decepcionante porque en la misa gospel estábamos 100 turistas y sólo 10 parroquianos. Ha quedado algo surrealista. Y después hemos recuperado energías degustando la maravillosa cocina y la música de Sylvia's Soul Restaurant, otro gran centro turístico de Harlem. Éste, en cambio, nunca defrauda a pesar de estar tomado por foráneos.
Y la noche la hemos pasado en Brooklyn en la nueva casa del buen amigo Stefano. Se ha mudado a un loft de la zona. La locura inmobiliaria de la Gran Chirimoya, con los precios por la nubes, puso de moda reciclar las naves industriales y antiguas fábricas de otros barrios en residenciales para gente jóven. Por tanto, el amigo vive en un polígono industrial donde se alternan almacenes industriales y almacenes residenciales/lofts. Y él encantado porque aquí sólo vive gente jóven y, como él dice, es una vuelta a la universidad. Incluso éste tipo de vivienda es más cara que una vivienda de precio medio en España.
Lo hemos pasado muy bien pero con final amargo. Han sido las primeras despedidas porque, amigos, ésto se acaba.
Profiteroles personalizados de nuestra chocolatera belga Verò
La cuadrilla neoyorquina. De izquierda a derecha: Stefano, unos servidores, Samy y Cedric. Detrás Verò
3 comentarios:
Venga venga que con lo bien que os lo habéis pasado no es para ponerse triste ni mucho menos!! bueno q, vais o no vais a ir al musical del Radio City Music Hall??
muaks
Yes Monto, intentaremos oir hoy o mañana...pide por esa boquita!!
Besos.
pues el ximo y yo nos compramos una cosa muy kitch, era un colgante para el árbol de navidad, con la forma del edificio del Radio City y las rokettes alrededor, dentro en lo del merchandising, pero me quedé sin él, me lo podríais volver a coger?? valía 25 dolars, ya hacemos cuentas a la vuelta!! okis??
bsets
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